QUIZE ABRAZAR LAS OLAS DEL MAR.

Esperando al mar, abrazado de sus olas tercamente y se me desvanecen entre mis brazos, camino sin rumbo fijo…junto a un amigo.

Soy yo quien alienta esta ilusión, está en mi pecho. Casi revienta, el viento seca mis lágrimas, mientras camino descalzo, ahí donde el mar cobija constantemente la arena de la playa, y ésta, jugando se le escapa traviesamente. Mis manos un poco temblorosas y débiles… pues acaban de matar a alguien.

Traté de salvarla y no pude, siento impotencia tan enorme, las marejadas del abismo así se imponen, como surcando la orilla de la herida. Honda y carnosa. Tibia y dolorosa. Siempre amáis, amáis con locura, sin importar la muerte del amado. ¿Acaso podrás destino, con todas tus fuerza raptarme al inseguro negro de la nada?

No beséis las sombras, no beséis los fantasmas, el recuerdo indigno de el tiempo no existido. ¿Cómo piensas tu montarte en ello?. ¿Tratas de vivir con la cabeza agachada, con llanto inminente? Es por eso que dejamos de existir en el camino hacia el sacrificio auténtico, soles que se apagan, mueren y renacen en otra galaxia. Siempre así, siempre con ese momento, siempre con ese esfuerzo… de existir en lo más oscuro del firmamento. En el corazón de la hermana muerte !Nacer! Vivir! ¡Amar!

Retomo el pensamiento vivido, veo pasar a un niño… corre tras un animalito y se cae. La arena le salpica el rostro y empieza a llorar. Voy hacia él, me quito la camiseta que tenía encima del cuello, lo miro y lo limpio delicadamente. Al terminar, me mira. Una mirada que penetra el alma, profunda y misteriosa, luego me sonríe… se levantó, me besó en la mejilla y siguió en busca de ese animalito. Alegre, auténtico, él mismo.

¡Ahh cuántas cosas innecesarias nos libraría esa actitud de un niño hacia la vida! ¡Cuántos rencores!, ¡Cuántos desprecios sinceros se verían elevar! ¡Cuántas tristezas ahogadas en silencios malhechos, sin rostro y sin olor a flor!

Olvidamos nuestro niño interno, ese donde los lamentos resvalan por la capacidad de asombro, donde la verdad aflora en sus movimientos. Simpre él… maravillado por la gran verdad de existir, por la inmensa sospecha deque todo fue hecho para él, por amor… los regalos de Papá Dios. ¿Y crees que la caída del niño le impidió seguir su ideal? ¡Jamás! Solo mira tiernamente a la tristeza, al rencor, al misterio infructuoso, al joven de los ojos profundos, a la mujer de tus sueños, a la persona que te dañó; sonríele y vete… ama sin parar, con paz y tranquilidad. Que Dios confia en tí. Tú y yo en Él. Y hará de nuestra vida un signo de amor, como Él quiere.

Cuando entendí esto, mi amigo me abrazó calurosamente… mi amigo JESÚS.
Te quiero Jesús.

!Paz y bien!

Emmanuel Vera Cuellar.

7:00pm 05 de septiembre de 2009.