LLUVIA DE PREGUNTAS...

Estaba sobre una roca en la rumorosa, el cielo hermoso se asomaba con sus nubes cargadas de agüita. El viento fresco me sonreía y en mis manos la Biblia. Acababa de leer un fragmento y de pronto me llovieron estas cuestiones:

¿Por qué lloras?

¿Cuál es tu motivo?

¿Es real?

¿Por qué?

¿Es verdad?

¿Por qué?

¿Es bueno?

¿Por qué?

¿Procesos?

¿De qué?

¿Para qué?

¿Vives?

¿Enserio?

¿Es vida?

¿Por eso lloras?

¿Y tu Fe?

¿Dónde esta?

¿Eres hijo de Dios?

¿Hace mas el que quiere que el que puede?

¿O es que el que puede hace mas que el que quiere?

¿Qué te mueve?

¿Seguro?

¿Entonces?

¿Qué estas haciendo?


Entre otras preguntas surgieron. Entonces como católico, Jesús me dijo por mi conciencia que las respuestas deben encajar con su Palabra si pretendo abrazar mi voluntad y llevarla hacia El por medio de un acto coherente que se desprende de una decisión. Solo así tendré vida, paz y armonía en el amor de Jesus. El sufrimiento se asume con mas amor, disposición y entrega. Ahora entiendo por que Santo Tomas de Aquino daba primacía a la recta Razón que a la voluntad. La voluntad: el motor, la razón: el volante, sin motor el auto no camina. No estamos muertos claro esta, así que la opción del volante sin motor no es real. Es imaginación. Ya nacemos con un motor.

Cuando conocemos a Dios así teóricamente, es uno conciente del volante. Arranca el auto, la razón dirige el motor. Un motor sin volante se estrella, se mete a caminos que llevan a la muerte. Pero si somos capaces de ajustar nuestros actos a la conciencia de Dios que nos regalo Dios. Seremos capaces de dirigir el volante y llevar nuestros deseos al camino de verdad y amor. Seremos capaces de amar lo que Dios quiere y no lo que la voluntad nuestra terca quiere hacer sin consultar al volante. La recta razón.

Así que la razón se adelanta para guiar los deseos y completar acto de amar. Solo asi tendremos certeza de que lo que hacemos es en verdad amar. Hay un detalle. Se requiere de la gracia de Dios para superar algunos problemas. Es decir, no podremos mover nuestra voluntad a lo señalado por la recta Razon si no hay decisión fruto de la Fe, la Esperanza y Caridad heredadas por Cristo nuestro Amigo, Papa y Hermano.


22 de Julio de 2009. 11:48pm