LADERAS ORNAMENTALES.

 

Aquella noche de abril

¿Cómo pude bailar junto a ti?

Apenas sospecho un delirio nocturno

Llegas tú y te llevas mi turno.

 

En la fila desfilan los minutos,

Se pasean mis sueños quebrados,

Alcanzados por anhelos internos

Unos hermosos ojos dorados.

 

¿Y qué haces esta noche? Me pregunto

Mientras mis sabanas gimen un adiós,

Y mi cama se hace honda y tan atroz.

Que sostengo dulces delirios inoportunos.

 

Que ahogan mi voz…

Que golpean poco a poco mi corazón,

Así de fuerte e imponente,

Es tu hermoso resplandor.

 

Sé que estas allí presente,

En mis laderas ornamentales,

en el delirante arte,

de invocar fantasmas y abrazarte.

 

En mi mesa escucho una canción,

Sobre mis dedos una marca,

En mi asiento…

siento que arrancas

a inspiración,

una cálida emoción.

 

Ya no sé si tenderme al cielo,

O perderme en el firmamento.

Si fijar mi puerto es darte un beso.

Si recordarte es perder los intentos.

 

No fastidies, que no me alcanza,

No renazcas, que si no fuera…

Un hombre que constantemente te ama.

Terriblemente perdería la balanza.

 


Vago gimiendo a quedito,

Susurrando el tiempo perdido

Mirando el ancho,

de tu mirada que se va

me tira sin más,

a eso que llamas amar.

A eso que acallan las discretas olas del mar.

 

Emmanuel Vera Cuéllar.

 

18 de Mayo de 2021

4:25pm

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